El pasado sábado día 19 de Febrero se celebró la IV Travesía Nocturna de Montaña Ciudad de Totana organizada por el Club Deportivo La Rendrija, y ya teníamos ganas de correr una aventurilla nocturna, ya que la última que fue la de Alhama no habíamos ido. El lugar de encuentro fue la Ermita de Las Viñas en el Carivete.
Al llegar como no, nos encontramos con amigos que vemos de travesía en travesía, Águilas Cojas, Las Conejitas Duracel, Los del Puerto y un Gallego, amigos que siempre da gusto saludar.
Las ocho menos diez era nuestra hora de salida, nos acercamos a la zona de entrega de mapas, y lo que mas nos sorprendió fue la escala del mapa, 1/15.000, eso existe? nosotros acostumbrados al 1/25.000, y claro preparados para esa escala, y ahora que, nos vamos!! dije, no medimos? me dicen, a ver piensa, ……. si la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa…. vamos a ver, y al final medimos, pero poco, ya que no había tiempo como en otras para el estudio el mapa, así que calculados unos puntos salimos a “pijo sacao” adelantando a grupos, hasta que llegamos a un embotellamiento, unos miran a un lado, otro a otro, y yo el mapa, y digo, es por la acequia!! Pues todos detrás, al poco primera baliza, al poco la segunda, pues cuantas hay? si no llevamos un kilómetro y llevamos ya dos balizas, pues nada tica y palante.
Seguimos, un tramito de asfalto, un camino y se ven unas luces, el primer control, decimos, seguimos adelante y vemos unas velas, que raro, pero mas raro era aquello que es… un cementerio!! y eso!! un fantasma volando sobre nuestras cabezas, pero…pero… esto que es…, una bromilla de la organización para darle un poco de intríngulis, jaja, muy bien currado. A escasos metros estaba al control, como no, toman tiempo y ale, pa donde, al barranco, todo iluminado con velas, que chuloo!! y baliza claro, ohh que chulo está esto, un barranco muy estrecho y con unas paredes muy altas, donde estamos?.. no será?... pues si,es, aquí lo pone “El Estrecho de La Algualeja”; un tramo precioso, digno de visitar.
Una vez que salimos del estrecho subimos hasta la zona de aparcamiento, llegando al poco al Cabezo Molino, pasando por los restos de un intento de urbanización, seguimos nuestro camino dándonos cuenta de que había un tramo de campo a través, y con los ojos bien abiertos, por lo de las balizas, y efectivamente, en medio de ese tramo, una baliza, hay que ir atentos; y casi sin darnos cuenta nos plantamos en el segundo control que era el de avituallamiento, quince minutos de descanso y para reponer fuerzas con fruta, dulces, zumos, y pasados estos, otra vez a lo nuestro, andar.
Seguimos nuestro camino y segundo tramo de campo a través, y como no otra baliza en medio de un bancal, pues nada seguiremos con lo ojos abiertos, salimos a la carretera andando en esta unos metros y seguidamente nos la dejamos, y otro campo a través y otra baliza!!, un poco de senda, y otra baliza, mira que nos falta hoja para ticarlas. Tras este trozo salimos nuevamente a una carretera ya en el tramo final de la travesía, camino a la derecha y nuevamente otro control, seguimos y a un poco mas de un kilómetro otro control, pues vamos a ello, justo dejar el control nuevamente otro pequeño campo a través, seguro que hay una baliza, dijimos, pues allí estaba, colgada en un matorral, tica y sigue, cogimos un camino, un poco de subida y otra baliza al lado del camino, mira otra!! Seguimos un poco, y… aquí pasa algo…., esto no cuadra…., noooo!!!! es mala, es por el otro lado del monte!!! que rabia!!!, pues nada para atrás, menos mal que andamos poco, y claro por el lado bueno, estaba la baliza buena, como no. Seguimos para adelante intentando recuperar el tiempo perdido, ya con un poco de disgusto, por ese fallo, culpa de responsable del plano, y es que ya parecía que estaba todo hecho, y nos relajamos, pero hay que estar atento.
Ya si de verdad el tramo que quedaba no tenía dificultad y llegamos a meta con un tiempo de unas cuatro horas y media de travesía. Ya antes de llegar nos daba la olor de las salchichas, los lomos, tocinos, vino y mas cosas que la organización estaba preparando, y que junto con la nevera de cervezas que llevábamos nos dimos una “panzá” que nos quedamos como nuevos.
La verdad es que la organización se lo ha currado, el recorrido bastante entretenido con rincones muy bonitos, bastante variado en el que era imposible aburrirte y al final hasta nos hemos traído un jamón. Hasta el año que viene!!.
