Desde el primer momento que decidimos hacer esta ruta teníamos claro que queríamos salir de nuestro pueblo, y así lo hicimos, salimos el jueves por la noche Juan Paraca, Juanpe, Juanra y yo, entre pitos y flautas a las nueve y media de la noche, tras pasar por algún que otro bar; el punto de reunión fue el Tropezón, donde cayó la primera cerveza, y ya que nos pillaba de paso, y que hasta el día siguiente no íbamos a ver ningún bar, nos paramos también en el Granada, y ala, camino y manta hasta La Ermita del Praico.
Subimos por Marcos Rosa para enlazar con la Rambla de Bejar, siguiendo por el Barranco del Margarito, dirección al Puerco que nos orientaba con su silueta inconfundible en la noche, rodeando este por la izquierda por una senda bastante entretenida, y casi sin darnos cuenta estábamos en la Rambla del Puerco, siguiendo esta hasta enlazar con el camino que sube hasta La Solana, y bajando entre los pinos, primer cruce a la izquierda, segundo también, una cuestecilla ya para terminar, y la bajada que daba vista a la ermita, llegando sobre las una y media de la madrugada.
Al llegar nos dividimos en dos grupos, uno a la cocina, otro a montar el hotel. Una cena ligera a base de caldo con pelotas, pinchitos, chuletas de cerdo, vino y cerveza, al lado de la lumbre que se estaba muy a gusto, ya que la noche acompañaba, así que se hicieron las cuatro para meternos en el saco.
A la mañana siguiente, tras desayunar y levantar el campamento nos dirigimos hacia el Pantano de Puentes, pasando por Los Coroneles para dar vista ya la al presa, donde nos pegamos un buen almuerzo, y donde Juan Paraca nos abandonó, siguiendo el resto hacia La Zarcilla, nuestro siguiente objetivo. El tramo final de esta etapa se hizo bastante duro, ya que tras las primeras gotas que nos cayeron, se formó un barrizal que se pegaba a las botas haciendo casi imposible el caminar, y bastante cansado, así que cuando llegamos a la recta de la Zarcilla, esta parecía que huía, dando la sensación de que no avanzábamos. Cuando llegamos a la zarcilla, para comer a las cuatro de la tarde, llenos de barro hasta lo ojos, y con un hambre como el que se perdió en la isla, nos tiramos a la comida que le gruñíamos al de al lado.
Después de comer, ya relajados y con la panza al lado, fuimos a ducharnos al campo de futbol, tras lo cual en vez de echarnos la siesta nos fuimos de cervezas, enlazando ya con la cena, donde ya empezamos a tener contacto con la buena gente que inició la ruta en Lorca, intercambiando opiniones y casos que habían acontecido durante el primer día, y después de la cena, un par de copillas y al saco.
Tras el desayuno del sábado, ya acompañados de un mogollón de gente, nos dirigimos a La Almudema, una ruta que discurrió por Las Yeseras, Los Pocicos, cruzando la carreta de Caravaca a la altura de Don Gonzalo, en dirección a Doña Inés, desviándonos un poco antes de llegar a la izquierda, pasando por La Pedregosa, Cabecicos, Cerro de La Calera, para ya dar vista la La Almudema, donde nos esperaba el rancho.
Después de comer, nos dieron la peor de las noticias, duchas de agua fría, vamos a probar, nos dijimos; pero los que bajaban de las duchas con la típica broma, “decid que le bajen al agua caliente, que os quemais” eso no era agua fría, era helada casi en su punto de transformación a sólido, eso fue una “ducha rápida” sin muchas contemplaciones. Tras esta refrescante ducha, un rato de saco para recuperar la temperatura, y después como no… al bar, unas cervecillas antes de cenar. A esta hora ya estaban cayendo las primeras gotas, esperemos que mañana no llueva!! nos decíamos.
A la mañana siguiente, lloviendo, como no. Tras levantar campamento, desayunar y colocarnos el chubasquero, vámonos para Caravaca, que está a tiro de piedra. Pasamos por La Encarnación, por La Cueva del Rey Moro, Cañada de Las Canales, siempre huyendo del barro y resguardados de la lluvia que no tenía pinta de parar. Cuando nos dimos cuenta ya teníamos Caravaca a la vista, pero aun faltaba un rato, pero poco a poco, unos con pocas fuerzas, otros con menos, y por fin llegamos a Caravaca!!!, una foto en templete, a quitarnos la ropa mojada y una duchita, que por suerte si había agua caliente. Una cervecita, y a comer en los salones Campeón, con la posterior entrega del merecido Jubileo. Tras la comida fuimos a la Iglesia del Salvador subiendo posteriormente a la Vera Cruz para asistir a la misa.
Fotos Asociación Lorca-Santiago_1
Fotos Asociación Lorca-Santiago_2
Fotos Grupo Espeleolorca
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